"I danced myself out of the womb",2023 Galería Juan Silió, Madrid Foto de Roberto Ruiz
"I danced myself out of the womb",2023 Galería Juan Silió, Madrid Foto de Roberto Ruiz
"I danced myself out of the womb",2023 Galería Juan Silió, Madrid Foto de Roberto Ruiz
"I danced myself out of the womb",2023 Galería Juan Silió, Madrid Foto de Roberto Ruiz
"I danced myself out of the womb",2023 Galería Juan Silió, Madrid Foto de Roberto Ruiz
Algodón teñido con tintes del bosque. Soporte de madera de iroco 300 x 160 cm aprox Foto de Roberto Ruiz
Raquis de pluma con hoja de eucalipto Foto de Roberto Ruiz
Algodón teñido con tintes del bosque. Soporte de madera de iroco 300 x 160 cm aprox Foto de Roberto Ruiz
Foto de Roberto Ruiz
Foto de Roberto Ruiz
I danced myself out of the womb, 2023
Exposición individual en la Galería Juan Silió, Madrid
La Galería Juan Silió presenta la segunda exposición en la galería de la artista Belén Rodríguez. “I danced myself out of the womb” puede entenderse como un epílogo al trabajo que ha realizado durante el último año, cuya intención era adquirir y proteger un bosque de Cantabria. A las telas tintadas con elementos naturales procedentes del bosque - roble, eucalipto, castaño, abedul, nogal o laurel - que trenzan delicadamente los bastidores, se suman nuevas formas que reflejan la vida que ahora puede permanecer salvaje y libre en él. Si su aproximación siempre fue la de guardiana que lo retrataba, parece que, una vez adquirido, se haya convertido en parte de la artista. El bosque se alza frente a ella como el elemento a través del cual enfrentarse a las propias vivencias, como el lugar donde reconectar con el instinto y el pensamiento natural con el que entender el mundo.
Extractos del texto “Un arte que late con la vida de la Tierra Sobre la obra de Belén Rodríguez” de Chus Martínez para el catálogo “Sal metálica”, Museo Patio Herreriano, Valladolid 2023.
“¿Qué le diría un cuadro a un bosque? ¿Cómo se relacionaría una escultura con el tronco de un árbol, con el cuerpo adaptable de una hiedra? ¿Qué significa la composición en el contexto de una cordillera o la cuenca de un río? El arte occidental ha representado esos elementos como temas, pero nunca ha experimentado la naturaleza como su contexto. Aprender a estar ahí no es tarea fácil. Hace unas décadas este exceso se habría percibido como nostálgico o incluso escapista. Ahora, sin embargo, se interpreta como necesario, es un acto de responsabilidad que la artista promulga en nombre no sólo de sí misma, sino de la conciencia colectiva de que este giro a la naturaleza es un giro a la igualdad y a una sociedad diferente.”
“ [...] Con demasiada frecuencia abordamos la sostenibilidad en nuestra nueva relación con la producción y destrucción de materiales. [...] Sin embargo, la búsqueda en la obra de Belén Rodríguez no es encontrar materiales buenos, sino materiales que trasladen su sabiduría de la naturaleza, su inteligencia orgánica, al ámbito del arte. [...] El color no es una sustancia aplicada en la superficie de un tejido, una tela o un algodón. El color se ve como la sangre, un elemento fluido que no sólo irriga todos los órganos de un género, sino que también lleva consigo información. Esta información es fundamental para la forma en que interpretamos el tiempo, la permanencia y las relaciones que se establecen dentro y fuera de una obra de arte.”
“[...] Hay, pues, en toda la práctica de Belén Rodríguez una filosofía: a través de la cercanía y la dulzura podremos transformar muy poco, pero ese muy poco creará una confianza y ese vínculo servirá de lenguaje para decir las cosas de otra manera, para nombrar un mundo en paz consigo mismo. La proximidad y la paz son valores primordiales en su obra. Estos valores no son espectaculares. La guerra es espectacular. La destrucción es espectacular. El cinismo es espectacular. La arrogancia es espectacular. El trabajo de Belén Rodríguez no sirve al espectáculo. Sirve a una fuerza que confía en nuestra voluntad de permanecer juntos en paz. Parece sencillo, pero el pacifismo ha perdido terreno. De los medios de comunicación al capitalismo, el choque y el enfrentamiento parecen ser la única forma de relación que nos queda. Nos enfrentamos sin cesar a problemas, límites, dificultades. Nadie parece preocuparse por diseñar contextos en los que la vida transcurra dentro de los parámetros de la alegría. La alegría no es lo mismo que la felicidad. Es una experiencia apoyada colectivamente en la certeza de que la vida va a continuar, de que somos capaces de un cierto desarrollo y realización. La práctica de Belén Rodríguez apoya esta confianza en la vida pacífica. Por lo tanto, sería erróneo describir su forma de entender el arte como ecológica o empática con la naturaleza. Ambos rasgos están ahí, no como meros impulsos gestuales, sino como un verdadero compromiso con una percepción diferente de los mundos vivos.”
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